Desde el principio he mostrado mi opinión de que tratar de forzar cierto riesgo sanitario para acabar una temporada deportiva era una barbaridad. La idea de poner en el más mínimo riesgo a algún participante por, no olvidemos, pegar patadas a una pelota, me parece atroz.
Dentro de todo esto y de que parece que la situación empieza a controlarse un poco, al menos aparentemente, puedo llegar a entender las necesidades profesionales. Al final, se come de esto y, de la misma forma que los carniceros, camareros o ingenieros, el apremio laboral implica tratar de volver a trabajar controlando los riesgos. Lógico, lícito y normal, siempre que vayamos siguiendo las mismas normas que el resto de la sociedad y no se ponga en mayor peligro la salud. Esto por desgracia, en fútbol sala, se puede aplicar a primera división másculina y poquito más. Quizás un poco la segunda.
Para todo el resto de nuestro deporte donde el 90% de los actores y actrices principales, jugadores/as, “empleados del club” y cuerpos técnicos que sí, aún existimos, son amateurs, competir en julio no acaba de entrarme en la cabeza.
A todos/as nos apetece muchísimo volver a entrenar, seguro, pero ¿realmente tiene sentido reiniciar el hobby de muchos cuando la situación es la que es?, cuando aún no se sabe si los colegios podrán empezar en condiciones óptimas.
Ya no voy sólo ahí. Pensad en varios contextos que se van a dar. Incluso en una situación saluble, padres/madres de familia que tras tres meses encerrados se tendrían que quedar entrenando en verano y renunciar a las vacaciones con hij@s y/o pareja por los cien euros que pueden cobrar en segunda b o primera femenina. Tened en cuenta que para muchos/as la competición les va a coincidir con sus vacaciones laborales.
Se darán también casos de jugadores/as jóvenes o no tan jóvenes que conviven con abuelos y abuelas, ¿van a correr riesgos por una afición?
Así podríamos enumerar varios contextos que aparecerán. Incluso desde un punto de vista deportivo, ¿se van a parecer algo los resultados que se den ahora con los que se hubiesen dado?,¿cuántos jugadores/as, entrenadores/as van a negarse a jugar o no van a estar gran parte de la preparación con el equipo?, ¿se va a poder entrenar lo suficiente para preparar la competición y todos lo mismo?, ¿un equipo que ascienda el 26 de julio va a poder planificar la siguiente temporada?, ¿tendrán jugadores/as, entrenadores/as tiempo libre entre temporada y temporada?
Entiendo la decisión de que no haya descensos y sí promover ascensos porque, seguramente, sea la única plausible a nivel legal de cara a que no haya una ola de denuncias difícilmente defendibles. Al final, si te descienden a dos puntos de la salvación quedando siete jornadas estoy convencido de que cualquier reclamación en justicia ordinaria prosperaría. Lo mismo que seguramente el que haya invertido para ascender podría reclamar la inversión. Sin tener ni idea de leyes, suena bastante lógico.
Pero mi sensación es que se está intentando huir hacia adelante para intentar acabar sí o sí. No sé cuáles son los intereses. Sigo pensando que en fútbol sala vamos detrás del fútbol y nuestras realidades no se parecen en nada. Que quién pone las condiciones no es consciente que los que van a jugar los Play-Off de ascenso de tercera a segunda b son “curritos” que entrenan a fútbol sala dos días por semana, juegan el sábado y les cuesta dinero. ¿Cómo es?, ¿si hay una ola de contagios en nuestro equipo la única responsabilidad es nuestra y de nuestro club? De primeras y, con todos mis respetos, suena bastante “heavy”.
Estos días, dentro de nuestro mundo futsalero nacional, existe bastante expectación, inquietud y nerviosismo entorno a lo que va a suceder con nuestras competiciones. Es cierto que a tod@s los que aquí estamos implicado@s nos influirá esta decisión y lógicamente tiene su importancia, pero también es de reseñar que a mí, particularmente, me parece algo totalmente secundario en la situación en la que estamos. Es deporte, puede ser dinero, pero ante la salud, sinceramente, es lo de menos. Que salgamos de esta tod@s san@s, viv@s y felices. Después, lo que venga, cuando podamos volver a jugar, vendrá y lo disfrutaremos. Me niego también a valorar la situación nacional actual porque, aunque tengo cuñada y eso me otorga el título de cuñado, ni tengo información suficiente ni seguramente conozca los contextos como para ser capaz de valorar si se podría o no haber hecho de otra forma. Me formo mi opinión personal y estoy seguro de que saldremos de ésta porque “nunca choveu que non escampara”. A nivel familiar, hemos tratado de hacer lo que socialmente tocaba en cada momento, nos hemos quedado en casa sin volver a Galicia e intentamos disfrutar la suerte que tenemos de estar todos bien, de poder, con las circunstancias, dedicarnos tiempo. Profesionalmente es el momento de darle la vuelta y tomarlo como una buena oportunidad de avanzar en proyectos que el día a día no nos permite. Como decimos al equipo, nos tomamos cada adversidad como un reto para mejorar.
Partiendo de esta base, de que el fútbol sala hoy por hoy no es algo que me quite el sueño, tengo la sensación de que como deporte los árboles no nos dejan ver el bosque. He escuchado en infinidad de ocasiones la “necesidad imperiosa” de acabar las competiciones, de hacer lo que sea para jugar. A mí se me escapa. No niego que me gustaría terminar, por supuesto, no niego que me encantaría retomar la competición y volver a disfrutar con un equipo que se había ganado todos los honores, pero desgraciadamente entre lo que uno quiere y lo que se puede hacer hay un trecho enorme.
Por un lado, espero que los que decidan esto sean gente de nuestro deporte y no del fútbol, porque las realidades son enormemente diferentes. Conozco poco de ellos, me da bastante igual porque ni veo fútbol ni está entre los deportes que más me llaman la atención, pero tod@s sabemos que su mundo y el nuestro no tienen nada que ver a ningún nivel. Aquí ni hay taquillas, ni hay televisiones, ni contratos millonarios. Aquí hay una liga profesional, otra semiprofesional y las demás amateurs prácticamente al 100%. Aquí, a los clubes de 2ªb o 3ª no jugar casi les supone ahorrar dinero guste o no.
Parto de la base de que jugar a puerta cerrada implica que existe riesgo en el contacto y eso es inadmisible para l@s protagonistas. Ahí, a mí y si me permitís la expresión, “no me pillan”.
Puedo entender que se quiera acabar la primera división masculina porque tiene esa opción de jugar entre semana y extender siempre que sea posible antes de una fecha normal, antes de quizás mediados de julio, pudiendo jugar con el 100% de seguridad y dando los plazos necesarios para esa “pretemporada” que será imperiosa. Con todas las demás categorías me parece fuera de nuestro contexto alargar por no aceptar la realidad. De base casi ni hablo. Dejad a l@s niñ@s tranquil@s, que disfruten de las vacaciones que después de esto se merecen y que vuelvan en septiembre con más ganas que nunca. A ell@s ascender o no les da lo mismo.
Si hablamos de jugar en verano, obviando ya los contratos que a nivel profesional los jugadores pueden tener con otros clubes a partir del 30 de junio , ¿con qué “narices” podemos pedir a un jugador que no cobra que después del confinamiento se pase el verano entrenando?, ¿cómo hacemos que un estudiante no se vuelva a casa para seguir jugando si las universidades acaban?, ¿cómo abrimos pabellones en época de vacaciones de los funcionarios?, ¿cómo retomamos las ligas de base si no hay colegios y por ende no hay niñ@s?, etc…
Escucho también opciones de jugar después del verano y cambiar los plazos de las ligas. No sé. Yo creo que estropearíamos dos temporadas en vez de una por un capricho que no entiendo. Sin entrar en que el resultado ni se parecería al que se hubiese dado en abril o mayo. Jugadores/as que cambian de club, entrenadores/as que no siguen, etc... Ni siquiera ayudaría que no permitas fichajes ¿cuántos acabarán la carrera y se volverán a su ciudad?, ¿a cuánt@s le cambiarán sus condiciones vitales y no podrán seguir jugando?, si los equipos son diferente ¿por qué no empezamos una competición nueva?, etc..
En definitiva, creo que si no se puede volver a jugar porque la situación se alarga más de lo que nos gustaría, nos toca aceptarlo y acabar como está para poder empezar una nueva temporada de verdad, dejando atrás todo esto. Aquí ya no sé cuál es la mejor opción, si anular o acabar así. Ambas son injustas y ambas tienen inconvenientes. Yo, y la medida nos beneficiaría hoy por hoy, jamás descendería a nadie al que aún le quedan 7 jornadas para salvarse pero también entiendo la parte de los que peleaban por ascender. Escuché alguna variante sobre que haya ascensos, no haya descensos y aumentar los grupos, sobre aprovechar para reestructurar alguna categoría. Quizás no es mala, quizás podemos sacar ventaja deportiva y mejorar, no lo sé. Que quien decida, que entiendo que así lo harán, se reúna con clubes y actores principales y juntos decidan lo mejor, lo menos malo.
Lo que sí tengo claro es que es momento de apoyar a los que les toca la tragedia, los que se quedan en el camino y los que lo sufren en su carnes. Para los demás, afortunad@s, la vida seguirá, volveremos a avanzar y volveremos a disfrutar del fútbol sala, ¡malo será!.
4x5 : quizás las mejores sensaciones vienen aquí. Agresivos, evitando que lo saquen y cuando nos meten atrás muy correctos tácticamente. En alguna ocasión en la que nos saltan a los alas defensivos, Pola llega siempre y soluciona. Ayer prácticamente no nos tiran y casi tenemos más opciones de hacer gol nosotros que ellos. La mejor noticia y más tocando Kazajistán ahora.
Segundo partido de la selección en esta Eurofutsal 2018, victoria y ciertos aspectos interesantes que podemos resaltar. La selección sigue siendo defensa, portería y estrategia.
- El ataque posicional sigue generando dudas. Aunque es verdad que se ha mejorada con respecto al primer partido, la circulación de balón fue más rápida y hubo mucha más tensión, es verdad que la selección sigue sin hacer demasiado daño en esta situación. En gran medida son intenciones o gustos, pero tener siempre ese apoyo por detrás, muchas veces en el eje (cierre), hace que al final ataquemos con uno o dos jugadores menos. En general tendemos a un juego bastante estático, posicionados 3-1, con poco juego sin balón y nuestro ataque se reduce a situaciones de uno para uno o de meter a pívot y entradas directas. Ayer no encontramos al pívot prácticamente en el lado del balón, creamos alguna situación amenazando puerta atrás Ortiz-Solano o incluso de Bebe jugando en el fondo y el resto apareció a partir del uno para uno de Joselito o asociaciones para jugar pared principalmente de Lin.
- La estrategia al rescate. Con las dificultades para atacar cuatro contra cuatro, en gran medida normales por la complejidad que entraña, la gran baza ofensiva de la selección sigue siendo la estrategia. De cinco goles que llevamos en el torneo, tres vienen a partir de una situación de balón parado. Ayer, ante una defensa muy individual, con poco dominio del espacio y muy fuera, encontramos bastantes situaciones dentro tras finta, entre ellas la del gol de Pola. Seña de identidad de la selección. Con los modelos que se encuentran en Europa. vamos a ver muchos goles de coordinación sacador-finalizador tras finta, sin movimientos excesivamente complejos.
- Defensa y portería. El "factor Pola" y el "factor Sedano". España está mucho más cómoda contra selecciones que quieren jugar que contra las que no. En ese sentido, Azerbaiján ayer quería dar más de dos pases seguidos y eso beneficia al modelo defensivo, permitiendo que aparezcan robos en cancha contraria. Ayer, con el "factor Pola", se vió un equipo mucho más enchufado, más intenso y desplazándose en las trayectorias de forma muy agresiva. A eso se unieron muchas anticipaciones en segunda línea, sobretodo al principio del partido. Exceptuando algún error en un cambio o pequeños detalles, en general el partido defensivo fue muy notable. Si a esta solidez añadimos que Paco Sedano en portería está casi perfecto, esta combinación es la mayor baza para ganar el torneo.
- El 4x5. Ante la utilización por parte de Alessio del portero jugador en muchos momentos del partido, España tuvo recursos suficientes para manejar la defensa y adaptarse a las necesidades. Si bien de inicio se optó por un sistema dos-dos, donde Miguelín buscaba rápidamente cerrar la línea de pase hacia su ala para apretar el balón, ante las dos pegadas frontales desde el eje que buscaron los de Azerbaiján, Venancio cambio a una defensa uno-dos-uno, que también esperaba ese momento para amenazar una línea de pase y ser agresiva, quitando la iniciacitiva al equipo rival.
En esta tesitura, España sólo sufrió al final, cuando buscaron una sobrecarga en la derecha con Bolinha. En un par de acciones Bebe se quedaba a "medio salto", volviendo el balón a su lado y generando un dos para uno contra Pola que, como casi siempre, lo resolvió perfecto.
Interesante situación y sobretodo interesante ser proactivos en una defensa que ojalá tengamos que utilizar en bastantes minutos durante el europeo.
J3. Detalles del Italia - Serbia
Leía antes de ayer un tweet de Marcos Ángulo en el que decía que no le gustaba el formato del europeo porque al ser grupos de tres, te podías perfectamente clasificar con dos empates, favoreciendo al que no quiera correr riesgos. No lo había pensado, pero la realidad es que van seis partidos, cuatro empates y poco espectáculo.
El Italia Serbia fue un partido similar al España - Francia. Quizás con una Italia menos errática que España, más sobria atrás y circulando algo más rápido pero sin tampoco demasiada profundidad. Creó en estrategia el gol y alguna más, atacando esa defensa individual balcánica a la que hizo más o menos daño con cruces o bloqueos para jugar dentro. Su otra opción principal fueron los 1x1 principalmente de Merlin.
Serbia plantea un modelo defensivo prácticamente idéntico a Francia ayer. 12-15 metros y muy individual. Duros y muy reactivos, esperando el error. La realidad es que está dando resultados y en general costando muchísimo romper esos modelos, proponiendo partidos muy poco espectaculares. Italia no encontró situaciones de pívot, ni en el lado fuerte ni alguna situación que buscó de amenaza de puertas atrás. Tampoco en el 1x1 estuvo acertada y en las veces en las que desbordó no acabó de tener suerte en la pegada exterior.
Serbia en ataque tenía muy claro su modelo. Juego 3-1 y principalmente con Tomic en el pívot, cayendo a su lado zurdo y buscando meter directo desde banda o con esa finta de aproximación del cierre para meter desde el eje, ese movimiento de corta clásico de Retamar por ejemplo, en nuestra liga. Italia no lo defendió mal pero es verdad que tampoco robó en exceso. Quizás incluso creó más problemas en algún momento que dió un pasó atrás para obligarles a jugar. Las otras opciones serbias vinieron en transición o a partir de pegadas exteriores de alguna situación aislada de Peric o estrategia. Encontrando ese gol tras el rechace de la falta que le puso el partido de cara.
En ese partido trabado que empata Italia con la estrategia, nadie quiere arriesgar al final y nos vemos abocados a un final insulso en el que los dos se conforman con el empate. Si ya las reglas son las que son, el formato de competición está ayudando poco. Esperemos que los terceros partidos y las eliminatorias nos dejen algo más de riesgo/espectáculo.