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Metodología

 NO ES MEJOR ENTRENADOR EL QUE HACE MÁS TAREAS, NI EL QUE LAS HACE MAS COMPLEJAS


Se entrena para mejorar, no para demostrar. Existe la corriente de querer diseñar una tarea para cada aspecto del juego, cuando sobre tareas abiertas la clave es la corrección.

También aparece ese punto de ego en el entrenador, de querer diseñar la tarea más compleja. Si una tarea exige diez minutos para que los niños la entiendan, no sirve porque estamos perdiendo tiempo de entreno.

 

Variar las tareas es importante, pero estas tienen que estar adaptadas al nivel de nuestro equipo. En la gran mayoría de las ocasiones, es mejor una tarea simple, que se entienda rápido, que sea atrayente y que podamos ir complicando después poco a poco. Eso sí, lo que marca después diferencias es la corrección. 

Es mejor formador el que más enseña, no el que diseña la tarea más complicada.



DISEÑO DE TAREAS: "ATACAR LAS DOS PORTERÍAS" 
(Artículo descargable)

En nuestra metodología de entrenamiento, muy por encima del interés de tener un banco de tareas del que sacar cada uno de los ejercicios que realizamos en nuestros entrenamientos, apostamos por diseñar de forma específica cada una de ellas, adaptándonos a nuestro equipo y nuestros jugadores.

 

Para el diseño de tareas, disponemos de una serie de herramientas o pautas interesantes que sirven para objetivos diversos. En este artículo analizamos la posibilidad de atacar las dos porterías y las opciones que esto nos da en función del contexto en que lo introduzcamos.


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 "LA LATERALIDAD. UN CONTENIDO TRANSVERSAL"

El primer aspecto que debemos de tener en cuenta para el trabajo de la lateralidad, del manejo de ambas piernas, es que éste, como prácticamente todos, no es un aspecto que necesite expresamente de un diseño de tareas para su mejora. Dedicar ciertas tareas para el trabajo de la no dominante es importante, pero más aún lo es corregir en todas las tareas el uso de la pierna que demande el juego, en función de éste y no de la habilidad del niño/a-jugador/a.

 

Sobre todo en base, no se trata de “vete hacia la derecha que es tu pierna buena”. Es cuestión de: “sal hacia la izquierda que es donde tienes ventaja y utiliza tu no dominante”. El caso es que: “no pasa nada porque no metas gol, lo importante es fallar muchas veces para que llegues a hacerlo”.


LAS RUTINAS DE ENTRENAMIENTO EN LA BASE

Quizás una de las cosas más sencillas de implantar, más útiles y que su ausencia genera muchos problemas en el funcionamiento de los equipos son las rutinas de trabajo. Fundamentales y más comunes en rendimiento, probablemente en la base todavía se ve una gran carencia de éstas. 

Al hablar de rutinas nos referimos a generar unos hábitos en todos los entrenamientos. Sin entrar en el aspecto condicional, técnico o táctico, donde la variedad se antoja fundamental, sí son necesarias ciertas normas en la organización y funcionamiento de la sesión.

Algunos ejemplos que os pueden servir en vuestro contexto podrían ser: concienciar a padres y niñ@s de avisar con tiempo si no pueden venir a entrenar, estar cambiad@s a la hora en la que empieza la sesión, llegar y sentarse tod@s en el banquillo mientras el entrenador explica el entreno, dejar los balones quietos o en un lugar determinado, hacer siempre lo mismo entre tarea y tarea para optimizar el tiempo de entrenamiento, recoger el material tod@s junt@s al acabar y guardarlo según las normas del equipo, etc... 

Os ayudarán a que el trabajo se lleve a cabo de forma ordenada  y, sobre todo, a no perder tiempo de sesión, aprovecharla y que el equipo optimice su entrenamiento. Al final, si tenemos dos horas de entrenamiento a la semana, hemos de evitar perder media hora en esperar a que l@s niñ@s se sienten, en que lleguen tarde, en que peguen balonazos, en conseguir explicar cada tarea, ...

Así como el juego en base ha de tender al desorden, nuestro día a día como equipo se beneficia del orden. 

 

"NO QUITES EL BALÓN"

A la hora de diseñar sesiones de base, debemos de seguir una serie de criterios para que ésta tenga cierta lógica.
Uno de los aspectos con los que más errores se comete es enseñarle al niño la pelota y quitársela.

Partimos de la opinión de que, en dos horas de entrenamiento a la semana que puede tener un benjamín, lo ideal es que tenga el balón en los pies dos horas. 

Lógicamente no pasa nada y hasta puede ser recomendable comenzar la sesión con un juego sin balón, lo que considero que no tiene sentido es meter el balón en una tarea y después hacer un juego sin él. Al final, nos vamos alejando del juego en vez de acercarnos. 

Es una cuestión de especifidad del entrenamiento. Ir de lo más general a lo más específico, acercándonos al fútbol sala. Por lógica, un juego con balón está mucho más cerca de nuestro deporte que uno sin él, entones éstos deben de ir cronológicamente más tarde. 

 Una vez metas la pelota, ya no se la quites.




"¿CÓMO CAMBIA UN 3X3 CAMBIANDO EL ESPACIO?"

 
 


El 3x3 es seguramente una de las tareas estrella en el entrenamiento a partir de cierta categoría, pero comúnmente se varían mucho las premisas y las distancias en la que los practicamos. 
Precisamente, jugar con el espacio es una de las herramientas que más asiduamente utilizamos los entrenadores a la hora de crear ejercicios. Lo importante es entender lo que conseguimos cambiándolo en cada tarea y, en este caso, cogiendo el ejemplo del 3x3 vamos a analizarlo de forma general y teniendo en cuenta que variará en función del modelo táctico y de la calidad del equipo. 
Aquí analizado para un equipo de alto rendimiento con una defensa presionante y metiendo balones desde fuera (evitar parones). 

3x3 en 20x20. El componente táctico colectivo ofensivo y defensivo es más simple. Cobran mucha más importancia los 1x1 en ataque y defensa y se convierte en una tarea con mucha más finalización. Interesante también para el trabajo de finalizaciones y rechaces. Podemos llegar a trabajar entre 90 y 150 segundos en intensidad real. 

3x3 en 28x20. En cuanto a distancias y componente táctico defensivo es el más real (simula la distancia efectiva más común para esta estructura en el juego). Más complejo a nivel táctico, más reajustes defensivos y menos finalización y segundas acciones que en media pista. En alto rendimiento, trabajos de entre 60 y 90 segundos para buscar un nivel de intensidad real. 

3x3 en 40x20. Nivel condicional altísimo. Trabajos en pista de entre 45 y 60 segundos. Muy complejo a nivel defensivo por la distancia, exige un gran conocimiento defensivo y se dan muchos reajustes. Muchas menos finalizaciones que en las anteriores situaciones. 
 


"LOS BALONES FUERA DE LA BOLSA"

Somos de los que siempre reclamamos, sea la categoría que sea y más aún en base, que es necesario tener un balón por niñ@ para entrenar. 

Es clave porque cuanto más pequeños son los niños, más necesarios son juegos donde cada uno lleve una pelota y porque, en categorías superiores, tenemos que tener esa opción para muchas partes del entrenamiento. 


El problema viene en que todavía nos cuesta "sacarlos de la bolsa". Me explico, conseguidos los balones, convencida la directiva para que se rasque el bolsillo, llegamos a entrenar y hay tres fuera y nueve en la bolsa. 
Lo primero es revisar nuestro diseño de tareas para aumentar el número de balones de cada tarea y, lo segundo, es acostumbrarnos a que siempre que sólo se usen dos, tres o cuatro balones, el monitor esté con tres en los brazos, para que en cuanto uno se sale de la pista, meta otro inmediatamente evitando parar el juego. Se trata de que por cada hora de entreno entrenen cincuenta y cinco minutos. 



RUTINA DEL CAMBIO DE TAREA

 


Habíamos hablado de la importancia de establecer rutinas en nuestras sesiones que ayuden al buen funcionamiento de éstas, manteniendo un cierto orden y facilitando que el trabajo sea rápido y optimicemos el tiempo.

Os adjunto un enlace a un vídeo de un cambio de tarea de hace unos años en Torrejón. No es el mejor, será seguramente muy mejorable pero os puede servir para haceros una idea de un modelo más o menos válido.

Observad que, por norma, la tarea acaba, los jugadores se sientan y beben, hacemos un pequeño feedback sobre la tarea anterior, explicamos rápidamente la tarea siguiente ,"explicaciones claras, cortas y sencillas", y rápidamente, en menos de tres minutos, estamos jugando ya la siguiente tarea pautando previamente quiénes empiezan en pista y quiénes descansan.

Lo importante no es tener esta u otra rutina, si no tener una standard que los jugadores conozcan y respeten y que nos sirva para funcionar rápido.

 

 




"PERDERLA MIL VECES"

 
Cada vez más, con el cambio de reglas, se están viendo acciones en las que los porteros agarran el balón en juego y sacan con el pie, al estilo del fútbol, poniendo el balón cerca de la portería rival. 

Si ya con la posibilidad de que pasen de media pista con la mano el juego pierde calidad y se deja de trabajar fundamentos, al incorporar esto, todavía nos reforzamos en no enseñar a jugar.

Personalmente entiendo que debemos de evitar situaciones que, si bien es verdad que nos van a ayudar a conseguir resultados en base, son muy perjudiciales para la formación. Al final, ni enseñamos a jugar,ni a fintar para recibir,ni a controlar y pasar,ni regatear,ni a salir con apoyos cortos, ni siquiera nuestro portero está trabajando un saque que vaya a tener transferencia en el futuro.

Ni que decir tiene que lo correcto formativamente es prohibir esa acción en nuestro portero, obligarle a iniciar en corto evitando tambien el saque largo con la mano que empobrece el juego y normalmente hace que deformen su técnica para llegar más lejos.

Vamos a perder el balón en creación muchísimas veces, pero eso es parte del proceso formativo, tienen que perderla mil veces para ser capaces de hacerlo. Ganar en base es formar, no meter más goles que el rival.



PONERSE A LA ALTURA DEL NIÑO
 

Psicológicamente está estudiado que, estando a la misma altura que el receptor se favorece la apertura del canal de comunicación.
Un porcentaje muy alto de la información que recibimos proviene del lenguaje no verbal. Si para ver al emisor del mensaje tenemos que hacer esfuerzos como mirar hacia arriba, esta comunicación se dificulta.
Aunque es algo que la mayoría hacéis de forma innata, es fundamental adaptarnos a la altura de los niños cuando hablamos con ellos. 
Debemos de agacharnos y evitar que éstos tengan que mirar hacia arriba para atendernos, ponernos a su altura.
Normalmente cuando hablamos con el grupo tendemos a hacerlo, pero estar pendiente de esto también al hablar con ellos de forma individual mejorará nuestra comunicación con los jugadores.
Aunque estamos pensando en niños, cuando hablamos con un grupo seniors, esto también tiene su importancia, aunque se dan menos situaciones porque su altura es la misma que la nuestra. Si el equipo está sentado, no está de más agacharse y ponerse a su altura, porque también se despistan.



"¿QUÉ ES UN JUEGO Y QUÉ NO?"

 
 


Aunque casi todo el mundo que trabaja con niñ@s, al menos todo aquel que tiene un mínimo de formación sobre el tema, está de acuerdo en que estos aprenden alrededor de juego, es decir, en que se enseña a jugar jugando, es verdad que no todo el mundo tiene muy claro qué es un juego y qué no.
En realidad, para que una tarea sea un juego debe de cumplir tres items:

-Tener componente lúdico.
-Ser reglado.
-Tener ganador y perdedor, es decir, existir la competición como tal. 


Bajo nuestro punto de vista, el 80% de las tareas que realizamos con los equipos de base deben de ser juegos, es decir, cumplir estas tres premisas. Es el mayor vehículo, la mayor herramienta de aprendizaje natural que posee el niñ@, por su poder educativo y motivante y nosotros, que trabajamos en uno, nos empeñamos en no jugar. Si analizamos la realidad de la base de nuestro deporte, seguramente nos daremos cuenta que tendemos a hacer mucha más tarea que juego y el porcentaje casi se invierte.
¡Convertid las tareas en juegos!  


CORRECCIONES TRANSVERSALES

 

En educación se habla mucho de contenidos transversales, aquellos que no tienen una asignatura específica para impartirlos pero que están presentes en muchas asignaturas y en todas ellas se trabajan y enseñan. 
Dando clase en tercero de primaria en las prácticas de magisterio, me ocurrió que en un examen de matemáticas, de 25 alumnos, 22 no pusieron tilde a la palabra "solución". Su razón era que, "eran matemáticas". Pues haciendo una analogía, esto es exactamente lo mismo que cuando dejan de controlar con planta porque están trabajando el 1x1. 
Creo que es muy interesante hablar de correcciones transversales en nuestro deporte. Bajo mi punto de vista es una de las claves para realmente enseñar los fundamentos básicos. 
No es necesario realizar tareas para trabajar cada cosa, no hace falta diseñar un ejercicio para entrenar el repliegue. Puedes hacerlo, pero la clave es exigir, corregir y reforzar un buen repliegue en todas las tareas. 
Una vez el niño entiende que en nuestro deporte el control de planta es parte del "ABC", una vez conoce el gesto, ya hay que controlar con planta en todas las tareas, sean o no sean para control. 
 


CORRECCIONES PARA TODOS

 

En nuestro trabajo diario como entrenadores, uno de los aspectos más importantes son las correcciones. 

De la calidad de las que hagamos y de la capacidad que tengamos para hacérselas llegar a l@s jugador@s y que est@s nos crean, depende en gran medida el nivel de nuestras sesiones y la efectividad de nuestro entrenamiento. Una misma tarea realizada por cuatro entrenadores diferentes puede incluso llegar a tener cuatro objetivos distintos, uno por cada entrenador/a.

Ocurre gran cantidad de veces que nuestra corrección viene motivada por un error, una mala toma de decisión o una ejecución inadecuada por parte de un/a jugador/a en concreto. En líneas generales, es muy interesante que la corrección que le hagamos sea en voz alta y "para tod@s". Nos estamos evitando tener que hacerla una vez para cada jugador/a. Evidentemente, como toda norma, existen excepciones, correcciones concretas para un jugador/a o situaciones puntuales que aconsejan en ciertos momentos hacerlas de manera individual por una cuestión de inteligencia emocional.

En general, realizar las correcciones en alto y para todo el equipo agilizará nuestros entrenos y nos permitirá dar mucha calidad a nuestras tareas. Eso sí, antes habréis tenido que normalizar el error dentro del equipo. 



LA ACTITUD DEL ENTRENADOR DE BASE

Falta de motivación en el entrenador, personalidad, cansancio del día a día, etc..por muchos motivos, el monitor va cabizbajo, va apático a entrenar y quiere que sus niños entrenen con ilusión y ganas. Manos en la espalda, brazos cruzados, tono de voz bajo, etc... ¿transmitimos energía?

Las emociones se contagian y a nosotros nos tienen que ver activos, con ilusión y alegres, para que ellos también lo estén. Sin alegría no se puede jugar a esto, sin alegría no se puede entrenar. 


"TODO LO QUE TRABAJEMOS CON UNA PIERNA LO TRABAJAMOS CON LA OTRA"

 

Hay diferentes teorías sobre cómo trabajar la lateralidad, el manejo de ambas piernas. En nuestro caso, una vez la lateralidad está definida, es decir, el/la niñ@ ya es zurd@ o diestr@, optamos por esto, por trabajar ambos perfiles por igual, al menos hasta llegar a la especialización. 

Premisa clave en todas las categorías, acostumbrarnos a que todo el trabajo que realicemos sobre un perfil, tenemos que realizarlo igual sobre el otro. Acostumbrar al niñ@ a utilizar las dos piernas por igual, valorar su intención y premiarla, independientemente de que el resultado sea óptimo o no. Provocar que sepa que si el juego demanda jugar con la no dominante debe hacerlo aunque falle, porque si no jamás lo hará. 

Nos va a influir mucho en el diseño de tareas a la hora de tener cuidado de que si las tareas son diferentes en función del perfil, trabajemos el mismo número de repeticiones en ambos. 




"¡QUE QUIERAN DEFENDER!"


En nuestro modelo, la defensa, al igual que el ataque, se enseña a partir de fundamentos. El/la  jugador/niño/a, va ir poco a poco comprendiendo los conceptos defensivos importantes que son comunes a cualquier sistema. 

Partiendo de esta base, es cierto que, cuanto más pequeños son los niños/as, le damos mucha más importancia al ataque, sin prácticamente prestar atención a la parcela defensiva. 

Siempre desde un modelo individual que cognitivamente se adapta mejor a la capacidad del niño/a, y aunque paso a paso aparezcan concepto técnico-tácticos, lo más importante es generar niños que quieran defender. Es decir, que cuando no tengan la pelota se esfuercen por recuperarla, que cuando les supere un rival replieguen a máxima intensidad y que sean competitivos, entiendiendo bien esta palabra.

De forma general, se trata de evitar fomentar jugadores que no defiendan, que sólo piensen en atacar y no se esfuercen cuando toca sacrificio defensivo. A partir de aquí, aunque a nivel de conceptos nos centremos más en el ataque, la defensa se puede ir enseñando más tarde. El requisito indispensable es que el/la jugador/a quiera.
Defender es querer.


"¿Por qué has hecho eso?"


 
 

La corrección es, bajo mi punto de vista, el aspecto diferencial de nuestro trabajo como entrenadores. Es verdad que diseñar tareas y sesiones es importante, pero la clave está en el feedback y la info que le damos al jugador/a. Corregir es complicado porque exige conocimiento del juego y percepción de éste. Con matices, las preguntas son grandes herramientas correctivas porque provocan reflexión sobre lo que ocurre. 

Dentro de éstas, "¿por qué has hecho eso?" me parece clave. ¿Cuántas veces se hacen cosas por hacer?, ¿cuántas veces el jugador/a hace cosas sin saber porqué?
¡Qué nunca nos contesten "no sé"! 
Se trata de provocar que siempre se haga todo con intención, acertada o no, pero que cada acción del juego intente tener un sentido. A partir de ahí, de que se equivoquen "conscientemente",  crearemos jugadores que entiendan el juego. 


 


LA DURACIÓN DE LAS TAREAS Y LOS JUEGOS

 


Analizando el trabajo con base, cuánto tiene que durar un ejercicio o un juego, habitualmente genera dudas a los formadores, normalmente tendiendo a tareas demasiado largas, en demasiadas ocasiones por carencias a la hora de dedicar tiempo al diseño de las mismas. 

Ni que decir tiene que el primer paso es sentarse el tiempo necesario, en casa, para "dibujar" la sesión y no quedarnos con la primera tarea que nos viene a la mente y utilizar media sesión con ella. Eso no tiene excusa. 

Pero, ¿qué condiciona la duración de un juego? Aquí entran muchos factores y no todos fáciles de medir. Uno evidente es la intensidad de ésta. Un juego muy intenso no puede durar diez minutos, es una locura. Con niños pasa mucho con los juegos de persecución, que se suelen alargar demasiado. Cuidado. Los juegos reducidos, de 1vs1 o de 2vs2 también exigen muchísimo a nivel condicional y debemos de cuidar la duración, sobre todo según van creciendo los niños. Podemos hacer juegos de uno contra uno en benjamines que duren diez minutos, pero debemos de ir alternando descansos activos realizando alguna acción de menos intensidad por el medio o aprovechando para cambiar las parejas por ejemplo.  

Otro condicionante importante bajo nuestro punto de vista, es lo "abierto" que sea el juego o la tarea. Los ejercicios analíticos, repetitivos y monótonos, tienen que ser mucho más cortos, e ir variando pautas continuamente, de lo contrario se convierten en un tedio. Si el niño u, ¡ojo! adulto, se aburre, disminuye su concentración, la tarea no nos vale. Aprovechar estructuras idénticas para, sobre la marcha, ir modificando pautas y complicando el ejercicio es una buena dinámica.  Por poner un ejemplo, si ponemos a los niños por parejas a dar pases y los tenemos así ocho minutos, como nos descuidemos mucho, no vuelven al siguiente entrenamiento. Podemos hacerlo, pero cada minuto y medio tenemos que ir cambiando las premisas. Una pierna, la otra, un gesto técnico, en parado, en movimiento, con o sin finta, etc... y aún así, deberíamos de convertirlo en un juego.  

Luego aparece el nivel de los jugadores, la misma tarea, el mismo juego, con un equipo de mucha calidad, aumenta su nivel de intensidad, su velocidad, con lo que debe de durar menos o complicarlo antes. De igual modo, si dificultamos, reduciendo la fluidez del juego, puede alargarse. Hablando por ejemplo de cadetes, comparemos un 3vs3 en 28x20 a toque libre con uno sólo con no dominante. El balón va a salír más fuera, va a haber menos continuidad, luego los seis de pista pueden alargar un poco su rotación.
 
Dar tiempos es muy complejo, porque depende no sólo del ejercicio sino también del nivel de los niños o, según van creciendo, del modelo del juego por ejemplo. Como referencia, creemos que prácticamente nunca en el diseño de una sesión, una tarea puede durar más de quince minutos, eso con niños ya es muchísimo. A partir de ahí, cuánto más cerradas más cortas. ¡Y conventidlas en juegos!




¡NO TENEMOS “PIERNA MALA”!



Aunque es algo que puede parecer banal, insistimos mucho en no utilizar la terminología “pierna mala” a la hora de referirnos a la no dominante. La realidad es que enviamos el mensaje de que hay algún problema ésta y directamente generamos ese miedo a utilizarla. ¡La mala es la lesionada! No pasa nada por, desde pequeños/as utilizar "no dominante". Se le explica en el primer entrenamiento y lo identifican sin ningún problema.
La "no dominante" seguramente sea la vía con mayor margen de mejora individual del jugador/a y uno de los puntos en donde como entrenadores tenemos más capacidad para hacerlos/as crecer. ¡Insistid!




"LA ESTRATEGIA EN BASE"

 

He leído hace poco un twit en la cuenta de Jesús Candelas que decía : "Si os pasáis horas preparando acciones de balón parado, luego no os llenéis la boca diciendo que lo importante en formación no es el resultado"

Queda todo dicho. Hablamos de formar en base y de que el resultado no importa y trabajamos la estrategia, cuyo fin último es el gol, es ganar. Tienes dos horas a la semana con tu equipo benjamín y pierdes, y digo pierdes no inviertes, diez o quince minutos sino más, en trabajar algo que formativamente no va a aportar nada al niño, pero igual te hace ganar...

En base, la estrategia no debe tener ningún peso en el trabajo semanal , no hay ni que tocarla como mínimo hasta la categoría infantil o cadete, y aquí de formas muy simples, basada en conceptos.

Esto no quiere decir que no tengamos pautas y nuestro equipo no tenga orden, pero perfectamente podemos utilizar los principios que trabajamos en el resto del juego y aplicarlos al balón parado.

 En defensa, si utilizas la defensa individual, puedes mantenerla perfectamente y corregir fundamentos, tales como la orientación, la posición defensiva, el dominio del espacio, etc... lo que trabajas para el juego te vale para la estrategia. 

En ataque es lo mismo, trabajar la finta, la coordinación del sacador y el finalizador, la posición corporal, la interpretación de la defensa, etc... No soy partidario de posicionamientos ni movimientos prefabricados, decidle al niño que fije a su defensor, que finte, que genere espacios libres para los compañeros, que busque espacios que generaron sus compañeros, etc...

Al final llegamos a rendimiento y la efectividad de los movimientos que trabajamos no la marca la calidad de éstos, sino los fundamentos que manejan los jugadores.

Utilizar el tiempo en lo que realmente forma al jugador es clave, volver a los fundamentos y trabajar eso hará mejores jugadores, y si en base hacemos mejores jugadores,  significa que somos mejores entrenadores, aunque quedemos últimos.



"EXPERIENCIA NO ES LO QUE TE SUCEDE, SINO LO QUE HACES CON ELLO"

  

 

¿Se aprende más de las derrotas que de las victorias? Ésta es una frase bastante recurrida y con la que para nada estoy de acuerdo. 

Es una cuestión de hábitos y de filosofía. Evidentemente, si el día que ganas te vas contento y das por hecho que todo te ha salido perfecto, sin analizar absolutamente nada, mientras que el día que pierdes ves treinta veces el partido, claro que se cumple. Creo que estamos de acuerdo en que esto no es lo correcto.

Se trata de desarrollar una cultura crítica, analítica, donde tengamos la rutina de siempre analizar que ha pasado, sacar aspectos positivos y negativos, ver qué hice y qué debería de haber hecho. De esta forma el día que nos vuelva a ocurrir algo similar tendremos la solución razonada que hemos buscado a posteriori en la cabeza y no volveremos a realizar la misma que la primera vez. Si no somos capaces de hacer esto, nos puede pasar cien veces lo mismo, que la experiencia que acumulamos es la misma que si nos hubiese pasado una. 

Dos consejos si me permitís: acabada la sesión, analizar y ver qué ha salido bien, qué es mejorable y qué hay que cambiar.  Acabado el partido, una rutina de análisis sobre éste, independientemente del resultado. Muchas veces, "los resultados no nos dejan ver el bosque".


 

 


"DE QUE EL ENTRENADOR JUEGUE CON LOS NIÑOS"

 

Existe cierta controversia en torno a la conveniencia o no de que el entrenador participe en las tareas y juegue con los niños. A mí personalmente no me gusta y me parece muy desaconsejable.
Ya sin entrar en el riesgo de que alguien de ochenta quilos caiga encima de un niño de cinco años, en el momento en que el entrenador participa, deja de corregir. Es imposible estar jugando y a la vez percibiendo todo lo que pasa en la pista. Cuando estamos atacando hacia una portería, no vemos a todos los que quedan por detrás de nosotros, y no sé hasta que punto uno es capaz de estar corriendo y corrigiendo a la vez.
En cuanto las categorías van subiendo y la necesidad de corrección es mayor, me parece todavía más complicado.
Esto no quiere decir que no hagamos demostraciones con  niños pequeños, o que puntualmente, un día, nos pongamos de porteros para completar una tarea, pero debemos evitarlo.
En el momento en que nos falta un niño y nos fastidia la tarea que tenemos pensada, tenemos una buena oportunidad para progresar y sobre la marcha modificar, manteniendo el objetivo y obligándonos a pensar. El primer día no nos saldrá bien, pero llegamos a casa, lo revisamos y anticipamos, para que la siguiente vez me salga solo.


EL DESORDEN Y LOS NIÑOS

La forma de ser de los niños, ni está hecha para estar cinco horas sentados en un pupitre, ni para estar organizados en filas y de forma rígida. 
 
Por necesidad de control, los adultos/entrenadores, tendemos a estructurar los entrenamientos de los niños, de forma que parezca todo muy ordenado y que "dominamos a nuestras fieras". 

El problema es que, de alguna manera, el orden exagerado es antipedagógico. Tener niños parados, en filas, en estructuras cerradas donde tengan que escuchar y hacer lo que les digamos, ni divierte, ni enseña a jugar. Para aprender a jugar hay que jugar. 

Huir de tareas cerradas, buscar juegos abiertos, donde decidan y piensen, donde participen todos a la vez, que sean divertidos, aunque nuestra sensación de control sea menor.

Muchos balones y todos los niños corriendo para muchos sitios, participando todos a la vez. Creo que esa es la imagen de un buen entrenamiento de base. Evidentemente, esto unido a que el entrenador esté moviéndose por el medio, metido en el entreno, transmitiendo ilusión, corrigiendo de vez en cuando y reforzando todo el rato.  


ENTRENAR EN POSITIVO
 


Cuando entrenamos no sólo estamos enseñando el juego, sino que también estamos tratando con jugadores a los que tenemos que llegar. Probablmente éste sea uno de los aspectos más determinantes de nuestro trabajo.

Crear un ambiente positivo de trabajo, donde prime la alegría, la ilusión y las ganas de trabajar, empieza por la actitud que muestra el entrenador. No podemos exigir energía y alegría a los jugadores si nosotros transmitimos apatía, poco interés o tristeza.

Entrenar en un ambiente alegre, con ilusión por lo que hacemos, donde prime el refuerzo sobre el castigo y donde se resalten las cosas que hacemos bien. Sin dejar de exigir, corrigiendo los errores pero resaltando también los aciertos. 

En base, esta forma de encarar el entrenamiento fomentará, junto con otros recursos importantes, el gusto por el deporte y la ganas de volver a entrenar y a aprender al día siguiente.

No somos partidarios de modelos de dirección de equipos basados en el reproche, el castigo y la autoridad. Al final generamos jugadores sin confianza, con miedo a fallar y conseguimos "quemar" al deportista, que acabará sin creernos, sin hacernos caso.

Pedagógicamente está demostrado que un ambiente agradable favorece los procesos de enseñanza-aprendizaje y esto es igual de válido para las matemáticas que para el fútbol sala.


 


"ESA TAREA NO NOS VALE"

 


Existe la tendencia normal, cuando como entrenadores estamos comenzando, a convertirnos en buscadores de recetas mágicas, en acumuladores de tareas. 
Tendemos a obsesionarnos con buscar y buscar tareas, como si éstas fuesen una forma de medirnos como entrenadores. 
Con el tiempo, es verdad que comprendemos que la tarea en sí, no tiene ninguna importancia, no vale para nada.
Dentro de esta línea, muchas veces ocurre que vemos o diseñamos una tarea que para nosotros es muy adecuada para trabajar algún aspecto del juego, pero su explicación, por complejidad requiere mucho tiempo.

¡No nos vale! Relacionada con la entrada que aparece más abajo "Invertir Bien el Tiempo", no podemos permitirnos en base explicaciones largas que tengan parados a los niños. Si no somos capaces de explicar la tarea en dos minutos o bien, de simplificarla lo suficiente para explicarla rápido, aunque luego la vayamos complicando, ésa no nos sirve.

Puede que después, una vez la entiendan, cumpla los objetivos que nos habíamos propuesto, pero no podemos "perder" ocho minutos explicando una tarea. Con el poco tiempo del que disponemos al trabajar en base, es fundamental que los niños estén entrenando la mayor cantidad posible. Esto nos obliga a buscar tareas que sean simples a la hora de explicar, que el niño entienda rápido y que pueda ponerse a ejecutar de inmediato. Una buena opción es simplificar las explicaciones, partiendo de situaciones sencillas que vayamos complicando. Si no se puede y tardan demasiado en entenderla, ésa no nos vale, debemos de buscar otra que, cumpliendo el mismo objetivo, nos sirva para no "perder" tanto tiempo.

La complejidad o vistosidad de un ejercicio no significa que seamos mejores o peores entrenadores, ni que los niños vayan a aprender más. Una tarea, o aún mejor, un juego, debe de ser divertido, atrayente, exigente, adecuado al desarrollo del niño y mucho mejor, si es simple y fácil de explicar y entender.


"ENTRENADOR, PRIMERO EN LLEGAR "

 
Dentro de la importancia en el día a día del orden y las rutinas a la hora de entrenar, la puntualidad es algo fundamental. Conseguir crear el hábito de que los jugadores lleguen con tiempo y estén cambiados y en disposición de entrenar a la hora marcada, es clave para aprovechar al máximo las pocas horas de las que solemos disponer para trabajar.

Además de insistir, de reforzar y si es preciso castigar para generar responsabilidad en el jugador, lo más importante es predicar con el ejemplo.

Ya no es sólo modelado, además, llegar con tiempo a la sesión, ser el primero, permite que el equipo te vea cuando llega, ver con quién llega cada uno, con qué cara, interesarte por ellos, por sus estudios, su trabajo, su vida. Al final tienes ese rato para acercarte a ellos que es determinante a largo plazo.

Llegar el primero, además de servir de ejemplo y permitirte exigir después, aporta al entrenador mucha información y la información es poder. 


LAS FILAS EN EL ENTRENAMIENTO DE BASE

Muchas veces por organización de la sesión, porque ayudan a que todo parezca mucho más ordenado y sencillo de controlar, nos cansamos de ver interminables filas en los entrenamientos de los pequeñ@s y no tan pequeñ@s.

En nuestra forma de entender el entrenamiento debemos evitar y hasta casi prohibir las filas, ya que los niñ@s que se encuentran en ellas no están trabajando sino mirando como lo hace un compañero. 
Realizan una acción y están parados  hasta que realizan otra, con lo que estamos dejando de aprovechar gran parte del poco tiempo de entrenamiento del que disponemos.

Buscar situaciones para tareas analíticas con un balón por jugador o un balón por parejas, donde los niños estén ejecutando continuamente o bien, de no quedar más remedio que hacer filas, hacerlas muy cortas, de un máximo de dos/tres niños que ejecuten rápidamente, realizando varias postas al mismo tiempo repartiendo a los jugadores. Éstas son algunas de las múltiples opciones que tenemos para evitar esas interminables filas kilométricas que hacen aburrido y además poco efectivo el entrenamiento. El orden es poco natural en los niñ@s.

Al final todo se reduce a evitar la comodidad como entrenadores y forzarnos a diseñar tareas atractivas y donde el niño esté continuamente interactuando con el balón y los compañeros, evitando los tiempos muertos y no aprovechados.
 

 
LOS OBJETIVOS EN BASE

 


Cuando trabajamos con niños, sobre todo a edades tempranas, es interesante que las sesiones que realicemos tengan un solo objetivo principal, aunque después aparezcan más secundarios o lógicamente más contenidos dentro de ésta.

Encadenar tareas con objetivos diversos dificulta la asimilación por parte del niño. Trabajar conducción, hablar de las premisas fundamentales para la conducción y justo después comenzar a trabajar el control y el pase con pautas diferentes, acumula demasiada información y no permite que ésta se asiente en la cabeza del jugador.

Sobre todo en iniciación, las sesiones deben de estar enfocadas a un solo objetivo, que todas las tareas tengan como objetivo principal el mismo y buscar una progresión lógica en éste. 

Según vamos avanzando en edad, el jugador está más preparado para recibir información diferente y es verdad que podemos "mezclar" más de un objetivo. En rendimiento muchas veces es complicado saber cúal es el principal, realizando sesiones donde se trabajan muchos aspectos diferentes pero, eso sí, buscando que el orden y la progresión tenga siempre sentido.

Lo importante es no generar dudas al niño, trabajar despacio y buscando una progresión en la dificultad de las tareas y organizarnos de tal forma que vayamos repartiendo nuestros objetivos y nuestros contenidos a lo largo de todas las sesiones, sin mezclarlos hasta que estén asimilados.


 

 

"EL PORTERO JUGADOR Y LA BASE"


 
Con la disputa de la Euro Futsal 2016 ha vuelto a surgir la polémica sobre los beneficios o no del 5x4 a nuestro deporte. A mí personalmente es algo que no me gusta, que convierte nuestro juego en otro totalmente diferente y que resta muchísimo espectáculo, creando una situación estática y lenta.

Evidentemente, en rendimiento, es totalmente lícito su uso, todos lo entrenamos y tratamos de sacar partida porque está en el reglamento. Otra cosa es la conveniencia o no de las reglas, pero ese es otro debate, o más que debate, es otra lucha de los que disfrutamos el fútbol sala con los que le da lo mismo, o hasta le molesta.

Uno de los grandes problemas de todo esto, es que los entrenadores de base lo ven y en muchos casos, lo trabajan. Cada vez vemos más equipos de base jugando y entrenando de 5. Aquí el grandísimo error está en que no enseñamos a jugar. Lógicamente es posible que hasta ganemos partidos, pero eso es algo que nos debería de dar igual, que no tiene ninguna importancia y que nos lastra muchísimo comparado con el tiempo que perdemos de mostrar nuestro deporte al niño. Estamos dejando de formar.

Los fundamentos y objetivos de la táctica ofensiva se basan en crear, ocupar y aprovechar espacios. Esto es la clave de nuestro juego de ataque, del nuestro y del de la mayoría de los deportes colectivos de colaboración-oposición, no es algo que nos hayamos inventado nosotros. Tenemos que tratar de generar ventajas, enseñando al niño desde lo más próximo a él, desde sacar ventaja con respecto a su par en el juego de uno ofensivo, hasta ir poco a poco introduciendo los fundamentos del juego colectivo, del juego de dos, de tres y de la táctica de equipo.
Pero, ¿qué espacio tengo que crear, ocupar y aprovechar en el juego de cinco? Ya partimos de una superioridad dada  y estática, alejada de los fundamentos de nuestro juego.

Por otro lado, cualquier formador formado, valga la redundancia, sea del deporte colectivo que sea, entiende que, basándonos en aspectos de desarrollo psicomotríz, las estructuras de muchos jugadores son muchos menos formativas a edades tempranas que las estructuras pequeñas. Es decir, que se enseña mejor el juego y más rápido jugando 2x2 en un espacio reducido que 4x4 en 40x20. Sólo hay que ver un partido de prebenjamines o benjamines para darse cuenta de que el deporte no está adaptado a su edad. Entonces, si ya no tiene absolutamente ninguna lógica, excepto para federaciones y campeones de benjamines, que los niños jueguen 4x4 más porteros, ¿aún por encima los ponemos a jugar en estructuras de cinco?

Ya que parece complicado que cambiemos las reglas, aunque por protestar no será, al menos mejoremos como formadores y adaptémonos a los niños, formemos y enseñemos a jugar. Si queréis formar, bajo mi punto de vista, entre otras cosas no juguéis de 5, al menos hasta cadetes y siempre y cuando dominen el resto de fundamentos del juego. Si queréis ganar, para eso vale todo ¿no?




 
"INVERTIR Y APROVECHAR BIEN EL TIEMPO"
 
 


Exceptuando la élite, lo normal es que la mayoría de los equipos tengamos el tiempo de pista totalmente ajustado y  escaso. Lo que suele suceder es que tengas una hora de pista, antes esté otro equipo entrenando y justo cuando acabas tienes al siguiente esperando.

Es importante aprovechar al máximo esa hora, siempre que sea factible una buena opción es tratar de adelantar el calentamiento, adaptarlo y hacerlo fuera, en la banda, para entrar ya con trabajo hecho y comenzar con una tarea ganada, completando al final 10 ó 15 minutos más de entreno efectivo.

Algo que también debemos de evitar es perder los últimos 5 minutos de pista estirando, podemos alargar el entreno hasta el final y estirar al acabar en una banda.

Evidentemente, todo esto nos obliga a optimizar lo poco que tenemos, aumentar el porcentaje de práctica real de cada sesión, de tal forma que evitemos charlas largas y tareas con filas y tiempo de espera, buscando que el jugador/niño esté el máximo tiempo posible "entrenando".


Si ya el tiempo es justo, es fundamental que lo invirtamos en el balón.
 



"MANEJAR EL VOCABULARIO Y LAS FORMAS"
 
 


Seguimos siempre insistiendo en tener presente que estamos, en base, trabajando en todo momento con niños y no con adultos en pequeño. 

Después de divertirse, el primer objetivo que debemos de lograr en iniciación es la formación en valores, la formación como personas, ya si después juegan bien a fútbol sala mejor.

En esta línea, algo muchas veces complicado y mucho más importante de lo que pensamos, es manejar nuestro vocabulario, ser ejemplares en ese aspecto, evitando en todo momento utilizar palabras malsonantes, ya que somos modelo de comportamiento de los niños.

 En los pabellones y campos donde se practica deporte de élite se escucha de todo, no son precisamente los mejores ejemplos para los niños. Debemos de ser coherentes en todo momento, formar a partir de la educación y tener claro que nosotros nunca podemos perder la calma, olvidar las formas, hablar mal delante de los chicos o chicas ni permitir que ellos lo hagan, debemos de ser exigentes con nosotros mismos. No por gritar más a los niños ni decir más improperios uno es mejor entrenador. Esto es extensible a todos los momentos de la temporada, en entrenamientos, fuera de ellos, hablando con los padres de los niños y también en partidos, con evidentemente rivales ¡también son niños! y lógicamente también con los arbitros.

Convertir los pabellones y campos en lugares con un buen clima de trabajo,respeto, aprendizaje y diversión empieza por manejar detalles como éstos, con nuestros jugadores, rivales, padres y arbitros.
 


 

UN BALÓN POR JUGADOR

 

Hemos comentado en otras ocasiones, la importancia del "ratio jugadores/balón" en el entrenamiento de base. En tanto en cuanto vamos bajando de categorías y trabajando con niños más pequeños, cada vez cobra más importancia el contacto con la pelota, que de cada hora, el niño toque el balón cincuenta minutos. Diseñar tareas donde cada niño tenga una pelota es fundamental en iniciación y no tan iniciación.

El trabajo del espacio próximo, del binomio jugador-balón, requiere la necesidad de tener un balón (móvil) por niño. 

La situación de cada equipo, el entorno y el club en el que trabajamos condiciona muchas veces el material del que disponemos. Como entrenadores, exigir un balón por jugador es fundamental para dar calidad al diseño de tareas, en cualquier categoría, más cuanto más pequeños.

Somos conscientes de que no siempre es posible, a veces el club  no puede comprarlo y muchas veces nosotros no podemos asumir esos costes. Pero ahí debemos de ser originales y buscar alternativas. Se puede trabajar con cualquier tipo de pelota,para perfeccionar el manejo de balón no hace falta tener un balón de fútbol sala perfecto por niño. Con balones diferentes y diseñando tareas donde vayan cambiando de móvil y todos pasen por el de fútbol sala ganaremos mucha calidad con respecto a tener sólo los "oficiales". Recopilar en casa, buscar por el desván o en el colegio para acumular pelotas es una buena opción.  Otra alternativa barata es gastarse 4 ó 5 euros en pelotas de tenis o pequeñas de espuma. Nos servirán perfectamente en el diseño de tareas y ganaremos calidad.



LA TÉCNICA SANDWICH

Desde que entré en el club, prácticamente la primera técnica psicológica que aprendí fue la del Sandwich. Se trata de una de las  más importantes en la formación y para el entrenador.  De forma general consiste en, a la hora de efectuar una corrección, introducir ésta entre dos mensajes positivos. Así, comenzaremos reforzando positivamente al jugador, para conseguir abrir el canal de comunicación y que éste esté más receptivo. A continuación efectuamos la corrección que queríamos hacer para terminar animándolo, de tal forma que tratamos que se quede con una sensación positiva de trabajo bien hecho, pero asimile la información.  Imaginaos que un niño efectúa un buen pase pero antes controla con el interior (queremos que lo haga con la planta). Una buena utilización de la técnica del Sanwich sería:
1er mensaje:"¡Bien ese pase, Pedro!" (positivo
2º mensaje: "¡Ese control con la planta!" (corrección)
3er mensaje: "¡Pero está muy bien, la siguinte va perfecta!" (ánimo)

 


 
"Aprender va de equivocarse"
 

Supongo que por un motivo social, porque el error está mal visto y se considera un fracaso, o por propia autoestima, somos muy reticentes a dejar que la gente se equivoque. 
Continuamente enseñamos al jugador a no fallar, "pasa aquí", "no te la juegues de último", etc...y así ¿cómo creamos jugadores que arriesguen? ¿quién nos rompe el guión?

El error es una de las bases de nuestro aprendizaje, nos tenemos que equivocar para progresar, y el día que entendemos eso y que hacemos que los jugadores lo entiendan, nos quitamos una gran losa de encima, ganamos esa confianza necesaria para intentar cosas, porque sabemos que toda decisión que se tome con la mejor intención y tratando de hacerlo lo mejor posible, poniendo todo de nuestra parte, nunca es un fracaso.

Hablamos de jugadores y hablamos de técnicos. ¡lo que nos cuesta delegar! Es una cuestión de filosofía, de confianza en los demás y de querer formar, de proponer ese punto de valentía para intentar cosas, para permitir que un entrenador se equivoque diseñando una sesión que no sale o para permitir que los jugadores decidan e intenten cosas, ya sea regateando cuando tocaba pasar o pasando cuando tocaba regatear. Fomentar que hagamos lo que hagamos, si dimos el 100% nunca es un fracaso, relexionamos sobre ello y tratamos de mejorarlo, haya entrado o no la pelotita.

La clave es entender que el error es parte del proceso de aprendizaje, necesario y paso ineludible para progresar. ¡Dejad que la gente se equivoque y equivocaos sin miedo!



"Ir a Disfrutar"
 

En todos los cursos de entrenador que estamos dando en los últimos años, una de las cosas más importantes que resaltamos es la importancia de ir a disfrutar con los niños. 

En un entrenador de base, hay un momento o debería al menos de haberlo,  en el que de verdad se da cuenta de que los resultados no tienen absolutamente ninguna importancia y se dedica a ir a divertirse y a formar a sus jugadores. 

Si analizamos nuestro comportamiento en la dirección de partidos y entrenamientos en formación, los enfados con los árbitros y con jugadores vienen en realidad de que queremos ganar, de que vamos con la intención de entrenar nuestro equipo de "Champions" aunque nuestros "Ricardinhos" tengan ocho, diez o catorce años.

En el momento en que entendemos que nuestro primer objetivo debe de ser que los niños se diviertan y después que se formen, en el momento en que nosotros vamos a divertirnos con ellos, a formarnos con ellos, trasmitimos eso y estamos más cerca del objetivo. ¿Qué sentido tiene protestar a un árbitro si nos da lo mismo ganar que perder? Cuando realmente entendemos eso, vamos a ayudar, a echar una mano a que el partido nos sirva a todos, a "rivales", a nosotros e incluso al árbitro, que también está en formación.

Seremos mejores formadores desde el día en que vayamos a disfrutar con los niños, a reirnos cuando a los peques les pasa el balón por debajo de las piernas y se meten gol en propia, animándolos y haciéndoles ver que no pasa nada, que nos da lo mismo, que aquí estamos para divertirnos y aprender. Decirlo sin demostrarlo, no vale para nada.



 

LA TÉCNICA Y LA TÁCTICA SEGÚN LA ETAPA FORMATIVA
 


Partiendo de la base de que el trabajo técnico y el táctico deben de ir siempre entremezclados, teniendo muy poco sentido el trabajo aislado de cualquiera de ellos como modelo fundamental del entrenamiento, no en todas las categorias ambos se pueden trabajar con la misma carga. 

En el proceso formativo del niño, respetando sus etapas evolutivas, su capacidad para percibir e interpretar el juego va a variar enormemente. 

En las primeras etapas, el niño sólo percibe su espacio próximo, "él y el balon", para poco a poco ir aumentando su capacidad. Desde este punto de vista, en iniciación debe de prevalecer el trabajo técnico, su manejo de balón, para ir poco a poco incorporando a su espacio rivales y compañeros. Así, para nosotros, lo correcto es comenzar manejando el juego 1 (desde la iniciación hasta benjamines), pasar al juego de dos( alevines e infantiles.) y el de 3 a partir de las últimas etapas de infantil y cadetes. 

Relativamente a esto, la carga técnica de trabajo será mayor en edades iniciales , observamos en la gráfica un aproximado 80/20 en benjamines, para ir equilibrándose poco a poco, llegamos a un punto de equilibrio, en una situación óptima en la edad infantil/cadete, prevaleciendo el trabajo con objetivo táctico sobre el técnicoa partir de esta etapa.

Esto no quiere decir que en tecnificación se deje de trabajar el aspecto técnico, en realidad lo que ocurre es que el objetivo de la mayoria de las tareas se centrará en el táctico, pero la técnica será necesaria siempre, y por tanto la estaremos trabajando de forma implícita de manera continuada, sin prejuicio de un trabajo específico cuando sea conveniente.

Lo más importante de todo esto es ser conscientes de que el trabajo de sistemas, de movimientos y jugadas complejas es una completa pérdida de tiempo en iniciación, donde el niño no está preparado para esto. Aquí lo fundamental es formar la base técnica , la relacion jugador-balón, para irle después ensaeñando el juego poco a poco.

Artículo "la técnica específica en el fútbol sala"

 
"DOMINADO ES SUPERADO"

 
Existe una tendencia, natural en los entrenadores, de repetir una tarea que sale muy bien y los jugadores dominan.
En general, nos produce satisfacción ver lo bien que nuestros jugadores/niños la realizan, pero ¿estamos exigiéndoles? ¿están progresando?
Si realmente queremos poner en dificultades, exigir para que tengan que solucionar problemas, lo coherente es que, una vez nuestros jugadores dominan una tarea, un gesto técnico o un fundamento del juego, les exijamos un paso más, les obliguemos a seguir progresando.
Un ejemplo simple es el control y pase. Si nuestros niños lo dominan en parado, ¿tiene sentido iniciar las tareas controlando y pasando en parado? ¿no será más lógico empezar ya por trabajarlo en movimiento o con otras dificultades, en vez de "perder" diez minutos haciendo algo que saben?

Al final, una vez manejas algo, una vez ya está asimilado, debemos de dar un paso más, porque en el momento en que dejamos de progresar comenzamos a "empeorar".
 

 


"INVERTIR BIEN EL TIEMPO"
 
 


Exceptuando la élite, lo normal es que la mayoría de los equipos tengamos el tiempo de pista totalmente ajustado y  escaso. Lo más común es que tengas una hora de pista, antes  esté otro equipo entrenando y justo cuando acabes tengas al siguiente esperando.

En esta coyuntura y probablemente en todas, cobra gran importancia aprovechar al máximo esa hora. Una buena opción, siempre que sea factible, es tratar de adelantar el calentamiento, adaptarlo y hacerlo fuera, en la banda, para entrar ya con trabajo hecho y comenzar con una tarea ganada, completando al final 10 ó 15 minutos más de entreno efectivo.

Algo que también debemos de evitar es perder los últimos 5 minutos de pista estirando, podemos alargar el entreno hasta el final y estirar al acabar en una banda. Obviando ya el trabajo aislado sin balón, que consideramos poco aconsejable, y mucho menos en base. 

Si ya el tiempo es justo, es fundamental que lo invirtamos en el balón.

 


AYUDAR A CRECER PARA CRECER

 

Tenemos la enorme suerte de encontrarnos, en nuestro deporte y a diferencia con otros, con una gran cultura de compartir información, de apertura de nuestro trabajo a los demás para hacer crecer.

En la formación como entrenadores, además de la importancia de los cursos reglados, además de todas las lecturas que podamos acumular, además de aprender de la experiencia, aparece como fundamental el compartir nuestra información con los demás. Esa línea de mostrar lo que haces, de "dar" nuestro trabajo y ver el de los demás, es la mejor forma de crecer nosotros como formadores, pero también de ayudar a hacer crecer a otros, de mejorar el deporte, teniendo claro que s.si el deporte crece, a largo plazo todos los que estamos en él saldremos beneficiados.

En esa línea, los vínculos con colegas del nuestro u otro deporte, ir a ver entrenamientos y dejar que los demás vengan a ver los nuestros, valorar estos después entre todos, pedir "críticas" y razonar el porqué hacemos lo que hacemos, quedar para tomar cafés con la pizarra en mano, etc... son la mejor manera que tenemos para progresar, para crecer como entrenadores y acumular experiencia propia o externa, pero experiencia.

No existe mejor clase magistral que juntar un puñado de entrenadores en una sala para hablar de deporte y fútbol sala.



"DE JUGADOR A ENTRENADOR"


En un momento donde en fútbol, con el caso Zidane, del cual desconozco su formación para opinar, está de moda el tema de los jugadores que pasan a entrenadores casi de forma directa, os adjunto un extracto de una entrevista reciente en Madridsala, donde me preguntan sobre jugadores de nuestro club que entrenan en base. Dando por hecho de que puede salir bien o no, en ningún ámbito estaré de acuerdo con saltarse pasos en el proceso formativo. Jugar ayuda, a igual formación que otro sin experiencia, lógicamente el exjugador tiene ventaja. pero jugar no es entrenar. Exigir formación y la formación requiere tiempo.

"¿Contáis con algún entrenador que sea jugador del primer equipo?

Ahora mismo Jorge y Carlos entrenan en base y recientemente Mario ha empezado también con un prebenjamín, pero que sean jugadores es circunstancial. Circunstancial en el sentido de que tenemos claro que no vale ser jugador para ser entrenador si no completas tu formación -y vas dando los pasos adecuados en tu proceso formativo, sin saltos-. Evidentemente jugar ayuda, porque conoces el juego desde otra perspectiva, pero para entrenar en el club deben de trabajar como los demás técnicos, seguir nuestra línea de trabajo y formarse. Mario estudia un Técnico Deportivo y tanto Carlos como Jorge se están sacando el Técnico Deportivo en fútbol sala. Quieren aprender y por eso nos valen. Tenemos ahora mismo dos técnicos nivel 3 en el club y dos más sacándolo, un nivel 2 y siete nivel 1, además de otros cuatro que lo están cursando. Es verdad que como colectivo, como entrenadores, debemos de exigir mejorar la formación reglada que tenemos, pero como club queremos caminar a que todos nuestros técnicos estén lo mejor formados posible."
 


 


EN BASE,LOS PARTIDOS SON ENTRENAMIENTOS
 MÁS
 

Lo más importante cuando se trabaja con niños, son los niños, no el juego, las victorias o mi ego como entrenador. En formación, lo que tenemos que hacer es precisamente eso, formar, y formarlos a todos sin olvidar que son niños, como personas, deportistas y jugadores de fútbol sala, por este orden.

En base a esto, bajo nuestra filosofía, los partidos son entrenamientos más, donde el resultado no debe importar en absoluto sino dar continuidad en el trabajo semanal. Es fundamental que todos los niños participen por igual, jueguen los mismos minutos ,se sientan importantes y, sobre todo, aprendan y se diviertan.

Los objetivos, siempre bajo nuestra forma de entender la formación, deben de ser de rendimiento y no de resultado, es decir, si pierdo 10 -0 pero cumplo el objetivo marcado de que todos los controles sean de planta, el partido habrá sido perfecto.

Por otro lado, debemos como entrenadores evitar las goleadas excesivas (aunque a veces es complejo), ya que ni nuestro equipo trabaja, ni muchas veces el rival se divierte ni le sirve para nada. Complicar el partido con premisas, limitando toques, pases para hacer gol, jugar con no dominante, bajar la defensa o trabajar otros aspectos del juego son recursos de los que disponemos para no perder el tiempo en un partido goleando.

La clave es FORMAR, NO GANAR, ganar sólo es importante en rendimiento.

 
"APRENDER JUGANDO"
 



Se escucha mucho que los niños tiene que aprender jugando, que la enseñanza se debe de basar en juegos para que sea llamativa y motivante. Muchas veces los entrenadores, en nuestro afán por diseñar tareas que den con el clavo de lo que queremos entrenar, nos olvidamos de esto, y tenemos a los niños realizando ejercicios toda la sesión, pero éstos no juegan lo suficiente.

Por experiencia, debemos de tratar que la mayoría de las tareas que realizamos en formación sean, en el fondo, juegos. De esta forma añadimos una connotación competitiva, divertida y atrayente para el niño. Conseguiremos evitar que se aburra, trahajará lo que queremos que trabaje y encima querrá volver al día siguiente a entrenar. Divertirse es el primer objetivo siempre.

El fútbol sala es un juego y la mejor forma de aprender a jugar es jugando.

"Animar a todos aquellos entrenadores de base que preparáis vuestros entrenamientos con múltiples tareas... Por favor no os olvidéis dejugar." Jesús Candelas
 
 

 

 

 

"CONFIANZA PARA COMUNICAR"

 

Hemos diseñado la sesión de entrenamiento, todo está preparado para que por la tarde nos salga el entrenamiento que deseamos y, al mediodía, nos llama uno de nuestros niños que le duele mucho el golpe que se dio ayer en el entrenamiento…¿Qué golpe? No teníamos ni idea de lo que había pasado y ahora tenemos que cambiar todo el trabajo y, lo que es peor, no hemos podido preocuparnos por el estado físico del niño hasta el día siguiente.

Es muy importante educar a los niños/jugadores para que hablen, para que nos comuniquen todo lo que le pasa en los entrenamientos y fuera de ellos, que exista esa confianza para estar informados, de modo que podremos prever situaciones que se pueden dar y encontrar sentido a las cosas que pasan en los entrenamientos. De saber del golpe de nuestro jugador hubiésemos diseñado una sesión adaptada a que “Pedrito” pudiese o no entrenar.

El caso de las lesiones entrenando de las que nos enteramos al día siguiente es muy común, pero también lo son situaciones en las que los jugadores bajan notablemente su rendimiento y resulta que están pasando por un momento  personal complicada. Debemos hacerles ver que tienen que contar esas cosas porque, en su defecto,  el primer pensamiento del míster casi siempre pasa porque no está esforzándose entrenando o su actitud no es la correcta.

Otro caso que se suele dar son los jugadores que aguantan dolores o pequeñas molestias hasta que rompen, o su rendimiento baja muchísimo sin que nos enteremos.

En resumen, fomentar la comunicación con el jugador y exigirle que nos cuente lo que le pasa, educándolos para ello, también forma parte de la educación deportiva y de la formación integral.



"LA COHERENCIA COMO ARMA"

 


En nuestra labor de entrenadores y directores de grupo aparecen, de manera habitual, muchas piedras en el camino, problemas internos, dificultades dentro del colectivo que dificultan el trabajo.

Solucionarlas es importante, pero preverlas lo es más aún. Un porcentaje muy alto de las desavenencias que generamos nosotros vienen por falta de coherencia en nuestro discurso y en nuestras acciones. Predicamos una cosa y hacemos otra, tratamos un caso de una forma y otro similar de otra, un día decimos "digo" y otro "diego"...Al final, el jugador percibe esto y tu discurso pierde credibilidad, llega un momento que no te creen y ahí estás muerto.

Ser coherentes es fácil de decir e increíblemente difícil de llevar a cabo. Es clave medir nuestro discurso, tener mucho cuidado con qué decimos y cómo lo decimos, de forma que no tengamos que ser presos de esas palabras durante toda la temporada. Del mismo modo, como tratemos los casos excepcionales, los castigos, los premios, debemos manejarlo sabiendo que nos va a pasar con otro jugador, en otro momento y otra situación, en la que es posible que no nos interese actuar de ese modo y estaremos obligados a hacerlo.

 

 



LA SIMPLICIDAD DEL JUEGO

 

 

Según voy, creo, conociendo más el juego, al final me voy haciendo más consciente de que, en la mayoría de los casos, los errores ofensivos no vienen de aspectos de táctica colectiva si no de fundamentos individuales. Cuando trabajamos en formación y también en rendimiento debido a las carencias existentes, debemos, bajo mi punto de vista, centrar un porcentaje altísimo de nuestras correcciones en éstos.

Al final el fútbol sala en ataque no es más que ocupar el espacio con criterio, fintar bien para recibir bien posicionado, orientar correctamente el cuerpo para percibir lo que ocurre en él, controlar y conducir con la pierna que corresponde, manejar situaciones de 1x1, pasar bien el balón y finalizar de forma eficaz. Así de simple y así de complejo. ¡Y en defensa pasa lo mismo!

El problema radica en que, ¿cuántas veces de verdad corregimos todo esto? ¿Centramos nuestros entrenamientos en enseñar el juego, o realmente premiamos al que marca diferencias, aunque haga todo con una sola pierna y tome continuamente decisiones erróneas por muy eficaces que resulten?

Generando jugadores que manejen los fundamentos del juego y que entiendan este, el sistema acaba siendo secundario, ya que simplemente con indicarles “a qué jugamos” serán capaces de llevarlo a cabo, con nosotros o con cualquier otro entrenador.

 


 

LA DETECCIÓN DEL TALENTO EN FÚTBOL SALA

(Sergio Gonzalo)

 

Sergio nos aporta un nuevo artículo para la web, "La detección del talento en fútbol sala". En él, muestra los diferentes aspectos que debemos evaluar a la hora de valorar la posible evolución de un jugador de temprana edad, detectar el potencial del niño.




 

 


LA GENERACIÓN DE ENERGÍA POSITIVA

 

(Sergio Gonzalo)

 

En este segundo artículo que comparte Sergio con nosotros, nos habla sobre lo importante de generar "energía positiva" en el trabajo diario de nuestros equipos y cómo conseguirlo.


Relacionados: Ver en esta misma sección, "ENTRENAR EN POSITIVO"
 
 



LA INTENSIDAD EN EL JUEGO

(Sergio Gonzalo)

 

En este artículo, Sergio analiza la tan nombrada intensidad, ¿Qué es? ¿Cómo se trabaja? 
De forma breve y concisa plantea diferentes puntos de vista sobre este aspecto tan determinante y subjetivo del juego.

(Descargar para ver de forma óptima)
 

 


"APRENDER A APRENDER"

Cuando empezamos a entrenar y vamos a congresos, clinics o simplemente a ver otros entrenamientos, la tendencia es "buscar recetas", tareas mágicas que harán que nuestro equipo juegue como el del entrenador que estamos viendo.

Con el tiempo, nos damos cuenta que esas recetas no existen, que la misma tarea hecha por un entrenador no tiene nada que ver con la que hace otro, que lo que dá calidad a la tarea son las correcciones, la personalidad del entrenador y, sobre todo, los jugadores.

Debemos de aprender a aprender, focalizar nuestra atención en las correcciones y las premisas y no en el ejercicio en sí. El detalle importante que se puede sacar de las tareas que vemos no es la tarea en sí, si no las pautas que hacen que la tarea cumpla ese objetivo, que podemos aplicar en esa estructura o en otra y las correcciones que el entrenador realice.

Después, nos toca sentarnos, bolígrafo y papel, y diseñar las tareas adaptadas a las necesidades de nuestro equipo.
 
 

 
 
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